Sala de Prensa

23/11/2021

Las expositoras fueron la defensora penal juvenil Lilian Yáñez y la trabajadora social Mónica Saavedra

Equipo de defensa penal juvenil de Coquimbo ofreció charla a estudiantes de primero medio

Abogada y asistente social de la Defensoría Regional orientaron a estudiantes y profesores del Colegio Adventista de La Serena.

Por Daniel San Martín D.,
Defensoría Regional de Coquimbo.

Alumnos de primero medio del Colegio Adventista de La Serena se informaron sobre sus derechos en caso de ser detenidos y el sentido resocializador que tiene la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA) durante una charla que brindó la Defensoría Regional de Coquimbo.

La exposición estuvo a cargo de la defensora penal juvenil Lilian Yáñez y la trabajadora social del equipo de defensa penal juvenil, Mónica Saavedra, quienes a través de la plataforma Zoom informaron a 59 estudiantes y tres profesores que desde junio de 2007 se habilitó en el país un sistema especial de justicia penal para jóvenes mayores de 14 años y menores de 18 años, con la finalidad de hacer efectiva su responsabilidad cuando cometen cualquier tipo de delito.

“A diferencia de los adultos, que reciben condenas, a los adolescentes se les aplican sanciones que puedan reinsertarlos en la sociedad, en su familia y en la etapa estudiantil a través de apoyo psicosocial, para rescatarlos así del ámbito delictual”, indicó Yáñez.

La abogada detalló luego los derechos que tienen los jóvenes en caso de una detención policial, en cuyo contexto remarcó el derecho a guardar silencio, a ser informados del motivo de su detención y a contar con la asistencia legal de un abogado.

“Ustedes no pueden ser obligados, atormentados ni maltratados para declarar por ningún funcionario de la policía. Si desean testificar sólo pueden hacerlo ante la presencia de su abogado defensor”, enfatizó.  

PREVENCIÓN
La presentación continuó con claros ejemplos de situaciones y conductas propias de la edad juvenil que ocurren cotidianamente entre compañeros o amigos dentro de un establecimiento educacional o del sector donde residen, como participar en peleas o riñas, portar un arma blanca, consumir alcohol o drogas, hurtar celulares y amenazar a profesores, entre otras.

Yáñez explicó que, generalmente, estas y otras conductas comienzan como broma o como burla, pero van escalando en intensidad y tensión hasta llegar a consecuencias que pueden convertir a los jóvenes involucrados en acusados de un hecho delictual, lo que implica ser detenidos, adquirir la calidad de imputados, enfrentar a la justicia en un tribunal y recibir una sanción penal.

“El llamado es a prevenir, a cuidarse y respetarse entre ustedes, a sus profesores y a sus padres. Para quienes nunca han conocido el sistema de justicia, créanme que es una experiencia muy dura permanecer detenidos en un calabozo y luego presentarse en una audiencia”, concluyó la defensora pública.

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