Sala de Prensa

30/01/2014

Platas provendrán del Fondo del Libro y del Fondo Nacional de Desarrollo Regional

Fondo del Libro y el FNDR invertirán cerca de 29 millones en bibliotecas penitenciarias de O´Higgins

La iniciativa, impulsada hace un año por la Defensoría Regional y que beneficia a las cárceles de Rengo, Peumo y Santa Cruz será, además, un ejemplo para replicar en otras cárceles del país.

Por Andrea Contreras Márquez,
Defensoría Regional de O'Higgins.

Un total de 24 millones 165 mil pesos provenientes del Fondo del Libro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y otros 3 millones 908 mil pesos adjudicados desde el dos por ciento de Cultura del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) se invertirán durante este año en nuevas actividades de fomento lector, la compra de más libros y la creación de un protocolo de réplica que beneficiará a las tres bibliotecas penitenciarias de Peumo, Santa Cruz y Rengo.

Estas tres dependencias fueron inauguradas en septiembre del 2012 gracias a un proyecto presentado por la Defensoría Regional de O'Higgins al dos por ciento del FNDR de Seguridad Pública. Tras más de un año de funcionamiento, la iniciativa se puede calificar como exitosa, pues –según lo informado por el Defensor Nacional, Georgy Schubert-, “en el penal de Peumo hasta antes de este proyecto sólo había dos estantes con libros y sólo se pedían cuatro libros al mes. En la actualidad hay un promedio de 400 textos a disposición y 150 solicitudes mensuales”, explicó.

Schubert destacó el trabajo de la Defensoría Regional, pues “si bien es cierto nuestro trabajo consiste en entregar un excelente servicio de defensa en los tribunales, no es menos cierto que nuestro acompañamiento al usuario es hasta que cumpla su condena, y en este aspecto es donde cobra mayor sentido este tipo de iniciativas”.

BUENOS RESULTADOS

Durante la ceremonia en que se anunciaron estos montos asignados, y en la que estuvieron presentes el senador Juan Pablo Letelier y el diputado Ricardo Rincón, el Director Regional de Gendarmería, coronel Sergio Alarcón, explicó que este éxito no sólo se aprecia en la creciente demanda de textos y visitas a estos espacios sino, además, en el mejor comportamiento que han mostrado los internos, quienes han visto en estas bibliotecas un lugar de distracción, refugio y aprendizaje. Es más, desde su inauguración han disminuido los episodios de violencia y autolesiones de muchos de los internos.

La Directora Regional (S) del Consejo de la Cultura y las Artes, Sofía Rivadeneira, agradeció a los intervinientes la posibilidad de aportar desde su servicio a una iniciativa de estas características, entendiendo el gran impacto que la biblioteca tiene para la vida penitenciaria y cómo permite a los internos mejorar su calidad de vida.

Rivadeneira se mostró sorprendida por el compromiso que los internos tienen con el espacio y los textos, por el cuidado con que tratan los libros y por la sinergia que se genera en torno a la cultura gracias a esta iniciativa.

“Me voy gratamente sorprendida por la pasión que todos los intervinientes ponen en este proyecto y estoy segura que el dinero obtenido a través del Fondo del Libro y el FNDR será muy bien utilizado por esta comunidad”, aseguró.

HABÍA UNA VEZ
La instalación de las bibliotecas, las actividades de fomento lector y el protocolo de réplica serán trabajados por la Fundación Había Una Vez, un organismo sin fines de lucro experto en bibliotecas sociales, junto a cuyos profesionales se trabajó en la instalación y diseño de estas dependencias penitenciarias.

Para su directora, María Paz Garafulic, “este es uno de los proyectos más trascendentes en el que nos ha tocado trabajar.  El impacto en estas personas, cómo los libros han llenado sus vidas y cómo desde estos espacios han ido creciendo es impresionante. El compromiso de los gendarmes, de los internos que administran las bibliotecas y de cada persona en el cuidado de los libros es emocionante. Por eso, como fundación queremos agradecer la oportunidad de permitirnos ser parte de este proyecto y de seguir creciendo juntos”.

“Es por eso –continuó Garafulic- que el proyecto adjudicado por el Fondo del Libro, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, incluye la realización de un protocolo de réplica que permite que la experiencia y los logros de estas bibliotecas sean compartidos en otras cárceles del país”.

Con esta ceremonia se dio el vamos para que a partir de esta semana se inicie el ciclo de talleres con uno de apreciación y creación literaria, y luego se aplique una encuesta que permitirá saber los gustos, costumbres y capacidad lectora de los internos de las unidades penales beneficiadas.

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