Sala de Prensa

01/12/2014

Jueces tomaron la decisión por unanimidad

Tribunal oral de Punta Arenas absolvió a chef imputado de abuso sexual

Fue muy doloroso dijo el profesional de la cocina, su defensor público Ramón Borquez comentó que estas denuncias falsas lo único que consiguen es afectar la vida de personas honestas.

Por Héctor Martínez Díaz,
Defensoría Regional de Magallanes y Antártica Chilena.

José Olegario Cárdenas Pérez, de 53 años, es un chilote avecindado hace 30 años en Punta Arenas, tiempo en que ha trabajado como chef en importantes hoteles y empresas de la zona, tanto en el Parque Nacional Torres del Paine como en Punta Arenas y Tierra del Fuego.

Junto a su señora constituyen un matrimonio visto como ejemplar, pues su casa sirve como hogar guardador del 'Programa de familia de acogida especializada' de la Fundación Esperanza, que ofrece ayuda a menores con medidas de protección del tribunal de familia.

José y su esposa nunca pensaron que ayudar a los niños le iba a significar a él pasar por un trance judicial muy traumático, luego de que en 2012 una niña de 17 años que vivía en situación de calle y sufría adicción al alcohol fuera beneficiaria de este programa y luego denunciara a Cárdenas de haber abusado sexualmente de ella, mientras ambos se encontraban una tarde en el patio del hogar familiar, momento en que el chef le habría efectuado tocaciones en sus partes íntimas.

JUICIO ORAL
La Fiscalía decidió llevar el caso a juicio oral, instancia en que el Defensor Local Jefe de Punta Arenas, Ramón Bórquez, pidió la absolución de José Cárdenas, explicando que al ingresar por disposición del Sename al hogar guardador de la familia Cárdenas, la menor manifestó no querer estar en ese domicilio, mostrándose incapaz de adaptarse al sistema de normas y control familiar imperante en el hogar.

Tras el desarrollo del juicio, los magistrados del Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas absolvieron de manera unánime a José Cárdenas Pérez de los cargos que se le imputaban.

Una vez con la sentencia absolutoria en sus manos, el chef imputado explicó que no logra olvidar lo sucedido. “Nunca había sido acusado por la justicia. Fue muy doloroso, todavía me cuesta asumirlo. Me costaba dormir, pensé que la sociedad me podía rechazar”, aclaró.

Según él, mucha gente lo llamó tras conocerse la denuncia en su contra, de modos que a todos debió explicarles, “porque no me podía hacer el loco. Salió en el diario, por todas partes y gente que me conoce, que me estima, saben que soy una persona honesta”, señaló.

Cárdenas reconoce que no conocía el trabajo de la Defensoría Penal Pública, dice ahora que “gracias a Dios tuve la oportunidad de tener un abogado excelente como don Ramón Bórquez”. Ahora recuerda que si bien llegaba tranquilo a reunirse con su defensor público -porque “el que nada hace nada teme”-,  dice que cuando debía presentarse ante el tribunal la cosa era muy diferente. “Fueron los tres días más largos de mi vida y ese dolor no se le doy a nadie”, afirma emocionado.

Ramón Bórquez corrobora lo anterior y afirma que “este tipo de denuncias, que finalmente no llegan a condenas, lo único que hacen es afectar la vida de las personas que son enjuiciadas. Por ello la Defensoría tiene el 'Proyecto Inocentes',  como forma de reparación moral y social del daño que se le ha provocado”.

CONFIANZA PLENA
José afirma categóricamente que nunca desconfió del trabajo de su defensor  público. “Él me escuchaba porque yo siempre dije la verdad. Es un gran profesional, estaba preocupado por mí y la relación que tuvimos fue muy cercana”, asegura.

A pesar de todo lo mal que lo pasó, José Cárdenas comenta que no está enojado con la niña que lo denunció falsamente,  “porque está enferma”, dice. Sin embargo, no opina lo mismo de las personas que no lo conocían y que declararon en su contra. "Nosotros siempre hemos tratado de ayudar a los niños, pero sigo confiando en que las personas no son malas, porque si lo fueran ya no entraría nadie a mi casa”, aclara.

De esta amarga experiencia, sin embargo, igual saca algo positivo: “Aprendí a vivir de nuevo. Hay cuánta gente inocente que está presa y también me podía haber ido yo también preso. Lo más grave es que antes que te den el veredicto la gente ya te está juzgando sin saber que uno es inocente, y ése es el dolor más grande que da. Esta experiencia no se la doy a nadie, a nadie”, concluye Cárdenas.

 

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