Sala de Prensa

12/06/2015

Columna de opinión:

Seminario e ideas sobre femicidio

El siguiente artículo fue escrito por el Defensor Regional del Maule, José Luis Craig, y publicado en Diario El Centro, el martes 9 de junio de 2015.

 Por José Luis Craig Meneses,
Defensor Regional de Maule. 

El 22 de mayo recién pasado, a instancias del señor presidente de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Talca, don Eduardo Meins Olivares, se llevó a cabo un interesante seminario sobre el femicidio. Distintas instituciones del quehacer penal entregaron su visión sobre esta problemática, enmarcada en la convivencia intra muros de los hogares de cada chileno y chilena, y que es regulada por la Ley de Violencia Intrafamiliar en gran medida y el articulado común del Código Punitivo cuando la violencia es constitutiva de delito.

El seminario abarcó el fenómeno desde la perspectiva psicológica, conductual, social, cultural y -por supuesto- penal e infraccional, entregando con ello a su público objetivo, principalmente jueces y operadores del sistema penal, importantes tips sobre este tema.

Los de corte estadístico nos indican, casi anecdóticamente, que en nuestra Región del Maule el año recién pasado fueron más los parricidios consumados en que la víctima fue el hombre que los femicidios consumados (4 versus 3), estadística que este año también se está repitiendo, incorporando el caso de la semana recién pasada acaecido en la capital regional.

Los más de fondo indican que la víctima original de violencia domiciliaria no ha podido dar respuesta a sus demandas de seguridad y cobijo, se ha visto en la necesidad de pasar de víctima a victimaria, tomando si se quiere la justicia en sus manos, arrebatando la vida de su agresor.

De ello deben aprender los responsables de aquello, la sociedad, la familia cercana, el vecindario, los policías, los fiscales, los jueces de familia y penales y los organismos especializaos de apoyo. Esto implica aguzar la vista, mejorar la especialización, estudiar el fenómeno en serio, con el fin de detectar los casos relevantes, en que es necesario denunciar y proteger a tiempo.

Por otro lado, una vez producida la tragedia -esto es, cuando ya se produjo el parricidio de ella hacia él-, no olvidar que hasta antes de tomar esa brutal determinación, ella -la mujer ahora parricida- era la víctima. Tomar aquello en consideración a la hora de debatir ampliaciones de detención, decidir diligencias de investigación, orientar la necesidad de pedir y decretar cautelares, generar políticas de apoyo, acompañamiento y reparación a la victimaria y a su familia, etc.

Y por qué no decirlo, la sociedad como tal debe tomar la responsabilidad ciudadana de ser testigos de lo que pasaba antes del desenlace fatal. En efecto, el vecindario, la familia deben asumir su carga ciudadana de ser testigos, de ir a aportar su testimonio para ayudar a la justicia. Ser valientes y contar lo que se sabe, lo que se oyó, lo que se vio.

Los peritos, policías y fiscales deben comprender el fenómeno en su integridad y no tener “visión de túnel”, no perderse sólo en el resultado, y tratar de verdad de ser objetivos y hacer justicia en todos los casos.

Y los jueces, entender que a veces se hace más daño con una prisión preventiva de lo que se cree. Y en eso los defensores también deben aportar su grano de arena, estudiando el fenómeno, el derecho y el caso particular, y ser creativos en las peticiones que hagan a los tribunales, entregándoles opciones a los jueces que midan estos elementos en juego.

El círculo de la violencia a veces se cierra trágicamente, transformando a la víctima en victimaria, pero cuando ello ocurre es que la sociedad ha fallado por completo. Estos seminarios sirven para que todos aprendamos y tomemos conciencia de ello.

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