Sala de Prensa

03/08/2016

Visitó el único centro de adolescentes infractores de la region

Intensa jornada cumplió el sacerdote Felipe Berríos en el CIP-CRC de Antofagasta

El religioso, conocido por vivir en un campamento en la quebrada de La Chimba, aceptó una invitación de la Defensoría Regional para conocer la realidad de los jóvenes que permanecen privados de libertad en el recinto.

Por Julia Arriagada Márquez,
Defensoría Regional de Antofagasta.

Más de cuatro horas permaneció el sacerdote jesuita Felipe Berríos en el Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Antofagasta, ex Surgam. Allí, acompañado por el director regional del Sename, Patricio Reyes; la Defensora Regional, Loreto Flores Tapia, y la directora del recinto, Bianca Matamoros, visitó cada una de las casas habitadas por jóvenes infractores de ley y compartió un almuerzo con ellos para conocer más de cerca su realidad.

Aceptando una invitación efectuada por la Defensoría Regional, y motivado por las versiones de prensa en que los adolescentes infractores han aparecido como el centro del debate, Berríos visitó el único centro administrado por el Sename en la región de Antofagasta, donde actualmente se encuentran internados unos 40 adolescentes, condenados o bajo la medida de internación provisoria impuesta por un tribunal.

La actividad se inició pasado el mediodía y despertó gran interés entre los adolescentes, quienes tuvieron la oportunidad de conocer al sacerdote y exponerle sus sentimientos frente al encierro, contexto en que muchos de ellos le pidieron que les brindara una oración para protegerlos y para el bienestar de sus familias.

El religioso jesuita recorrió todas las instalaciones del CIP-CRC, incluido el sector denominado “linea de fuego”, en que Gendarmería efectúa el control perimetral del centro.

Desde allí Felipe Berrios manifestó su satisfacción por “tener la oportunidad de conocer más de cerca cómo viven los adolescentes privados de libertad, quienes sin duda alguna son igualmente importantes para la sociedad, aunque ésta muchas veces los quiera olvidar. Siempre es necesario brindarles una mano a estos chiquillos y demostrarles que se les quiere”, destacó.

FIDEOS CON CUCHARA
En medio del recorrido, llegó la hora de almuerzo, momento en que Berrios se sentó a comer con los jóvenes de la casa 3 y se rio con ganas al escuchar las aventuras de estos adolescentes, de quienes destacó su habilidad para comer fideos con cuchara.

“Entre las muchas cosas que aprenden acá, sin duda una fundamental es el uso de la cuchara y eso nos demuestra que las personas estamos hechas para asumir cualquier desafío y, estando acá, yo les pido que se planteen nuevos sueños, con mirada de futuro y sean solidarios con ustedes, sus familias y todas las personas”, dijo Felipe Berrios a quienes compartieron la mesa con él.

Al finalizar la visita, y ya reunido con los encargados de Sename y Gendarmería, el sacerdote agradeció profundamente la posibilidad que se le brindó de compartir con estos jóvenes.

“Son muchachos tranquilos, que seguramente cometieron errores movidos por falsas influencias y necesidades mundanas, pero no por ello podemos olvidarlos. Por el contrario, debemos enmendar su rumbo y para ello cuentan con todo mi cariño y disposición”, finalizó el sacerdote, quien junto con prometer una nueva visita, retomó su camino hacia el campamento Divina Esperanza, enclavado en La Chimba. 

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