Sala de Prensa

24/08/2018

En el centro penitenciario de esa localidad, situada en la provincia de Malleco

Defensora local jefe de Angol realizó diálogo participativo con mujeres privadas de libertad

Gloria Castro Guarda resolvió dudas y consultas de las internas en torno a los detalles de sus respectivas y las etapas en que éstas se encuentran

Por Claudia Riquelme Soto,
Defensoría Regional del La Araucanía. 

En un día con bajas temperaturas y alrededor de una estufa, la defensora local jefe de Angol, Gloria Castro Guarda, visitó el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de esa localidad, situada en la provincia de Malleco, donde escuchó atentamente el relato de diez mujeres internas convocadas previamente a un diálogo participativo.

Acompañada por el defensor penitenciario Cristian Fuller y la asistente administrativa Elena Urrutia, la abogada Castro inició la conversación manifestando la permanente preocupación de la Defensoría Penal Pública por prestar un servicio de calidad profesional, que supone la visita permanente de un defensor público, que permita a las internas mantener un relación de confianza con su respectivo abogado.

“El objetivo de estas actividades es conversar de todo aquello que como defensa pública podamos aportar a su causa, al trabajo en conjunto con Gendarmería y a intentar dar solución a sus requerimientos”, manifestó la defensora jefe.

PRIVACIDAD
La conversación se realizó en un ambiente de privacidad, contexto en que tras la exposición de Gloria Castro cada una de las mujeres se acercó a señalar sus respectivas inquietudes personales a los profesionales de la institución.

“Nuestro máximo interés es que sean respetados sus derechos al interior del recinto penal, que sean tratadas con dignidad y respeto. También nos preocupamos de que su proceso penal sea ajustado a derecho. La información que ustedes entreguen a su defensor es relevante para contar en conjunto con el máximo de antecedentes y preparar sus causas”, señaló Castro.

Durante el dialogo, buena parte de las internas se quejó por no contar con talleres o alguna actividad para desarrollar mientras están privadas de libertad. J. A. P, por ejemplo, manifestó que "esta cárcel es pequeña, nos encontramos bien, somos pocas, pero no sabemos qué hacer. El día se nos hace eterno, queremos realizar algún trabajo, muchas de nosotras tejemos, bordamos, pero no contamos con materiales, ni tampoco tenemos espacio para vender nuestros productos y ganar algo de dinero para nuestras familias”.

Como la petición fue generalizada, Gloria Castro se comprometió a conversar con el alcaide del recinto, para intentar buscar posibilidades de desarrollo de talleres que les ayuden en sus procesos de rehabilitación mientras se mantengan recluidas.

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