Sala de Prensa

23/08/2013

Inocente fue liberado de falsa acusación

Mostró al tribunal sus manos y se salvó de ser condenado como el asaltante de los nueve dedos

Causa de robo con intimidación en que la víctima aseguró que a su agresor le faltaba un dedo se derrumbó cuando el defensor Néstor Pérez exhibió las inmaculadas manos de su defendido.

Por José Ignacio Aguirre O.,
Defensoría Regional Metropolitana Norte.

José Manuel Torres es un hombre de 40 años que rara vez sale a la calle y si lo hace, invariablemente es acompañado por su madre. Padece de una limitación intelectual que no le permite orientarse bien, entre otras restricciones.

Por eso, nadie entendió nada cuando Carabineros llegó a su casa para detenerlo porque alguien lo había reconocido como el autor de un asalto a una mujer ocurrido cuatro años antes, ya que José Manuel no salía desde hacía días de su casa de la Villa Los Presidentes de Cerrillos.

Jeanette Conejeros Conejeros lo había reconocido desde un set de fotos como uno de los dos hombres que la habían asaltado el 6 de noviembre de 2007, cuando caminaba a las nueve de la mañana por la calle Brisas del Río de Quinta Normal.

Algo que llamó la atención del defensor público Néstor Pérez fue cómo obtuvieron la foto de su defendido, en circunstancias de que él no tenía antecedentes ni nunca había pasado por el sistema penal. Ahí descubrió que mientras investigaba el hecho en las inmediaciones, los efectivos de la PDI dieron con un hombre que tenía un nieto, quien por la descripción que éste dio de edad, color de pelo, contextura y estatura se ajustaba a las definiciones de la víctima.

Así, solicitaron su foto al Registro Civil y la integraron a un set que fue mostrado a la víctima. Posteriormente, Néstor Pérez cuestionaría la legalidad de ese procedimiento, ya que los hombres de las otras fotos eran muy distintos al de su imputado.

EL SOSPECHOSO
La PDI anduvo mucho tiempo con su nombre y fotografía hasta que, cuatro años después, dio con la casa de su madre, Ana María Salas, donde vivía José Manuel Torres Salas. La audiencia de formalización se hizo recién el 1 de marzo de 2012 y en esa oportunidad, el fiscal Luis José Salazar solicitó incluso su prisión preventiva, lo que el Sexto Tribunal de Garantía rechazó, decretando en su lugar arresto domiciliario nocturno y firma mensual ante la fiscalía.

Al analizar los antecedentes, el defensor Pérez reparó en que, de acuerdo con el relato de la víctima, el autor que ella identificaba como su defendido tenía dos características singulares: una transitoria, que era estar enyesado de un brazo, y una permanente, referida a que tenía amputado un dedo. O sea el culpable era un asaltante con nueve dedos.

En el juicio oral la defensa llevó como testigos a vecinos del imputado que declararon que él nunca había estado enyesado. Pero lo más categórico fue cuando José Manuel Torres mostró al tribunal sus manos con todos sus dedos.

La relevancia de este punto quedó de manifiesto en el fallo absolutorio unánime de las magistradas Jessica Beltrand (presidenta), Olga Quijada Díaz y María Elisa Tapia Araya, al consignar que “la descripción que la víctima realiza de su agresor hace especial hincapié en el hecho que a éste le faltaba un dedo, o algunas falanges, es decir, que presentaba algún defecto físico en alguna de sus manos, pudiendo el Tribunal constatar con solo observar sus manos, que ello no es efectivo”.

  • subir
  • imprimir
  • volver