Sala de Prensa

01/08/2014

Un retrato hablado mal hecho lo tuvo 80 días en la cárcel (*)

Lo vincularon con imagen que no se parecía mucho a él. Una prueba de ADN lo liberó de los cargos.

(*): El siguiente artículo, escrito por el periodista Jorge Cárdenas, fue publicado hoy por el diario Las Últimas Noticias.

Adrián Zarricueta dice que ni siquiera estaba en La Serena la madrugada en que violaron a una joven que veraneaba en la ciudad el 2013. Esa noche la joven tomó un colectivo de la línea Tierras Blancas que tenía su bocina mala. El chofer desvío su camino y en un sitio eriazo atacó a la pasajera. A partir del dato de la bocina se armó una investigación que terminó cruzándose con Zarricueta.

El mismo lo explica: “Mi papá tenía un auto en la línea 21, pero hace años que yo era chofer. Ese día estaba en Copiapó trabajando como contratista. Me iba bien y no tenía necesidad de robar y menos de la violación de la que me acusaron”, relata el hombre de 37 años.

¿Cómo entonces llegaron a vincularlo con los delitos? Su abogado defensor, José Riquelme, tiene varias tesis. “Pasa mucho en investigaciones policiales que se estancan y empiezan a armar argumentos inverosímiles. LO peor en esta investigación es que lo acusaron con mínimos antecedentes y a partir de un retrato hablado muy dudoso”.

-¿No se parecían?
-
Eso es una cosa, pero lo central fue que en la declaración de la víctima queda claro que no pudo identificar a su agresor con un detalle fino. Por supuesto, aportó información que se trataba de un tipo fornido, sobre un metro setenta. Incluso cuando vio a Zarricueta aclaró que no era el victimario-, sostiene el profesional de la Defensoría Penal Pública, que luchaba por librarlo del cargo de robo con violación y una eventual cadena perpetua.

Zarricueta, padre de cuatro hijos de entre 3 y 17 años, está lejos de ser un tipo fornido y ni se parecía al del retrato hablado. "Por ahí le hicieron unos rasgos parecidos a los míos, pero no había por donde. El del retrato es un tipo más pinteado, con pelo más corto, como de estilo joven. Además tiene unas buenas “chuletas” (patillas). Yo soy medio despreocupado con mi pinta, me pongo cualquier cosa. Y no ando en el metro setenta. Mido un metro cincuenta y siete centímetros”.

-¿Y por qué te acusaron a ti y no a otra persona?
-
Ni idea, fue lo que me pregunté los 80 días que estuve en prisión preventiva por un delito que no cometí.

-¿Es difícil un lugar sí?
-
No dan ganas de recordarlo. Estoy al lado de un hijo, así que quiero que me vea fuerte, no quiero llorar. Pero es un lugar desgraciado. Aparte que me dejaron al lado de violadores, primerizos y narcotraficantes. Insistía en que me hicieran una prueba de ADN para que me dejaran libre.

En efecto, esa fue la demostración científica: un examen de saliva demostró la inocencia de Adrián.

“Esa prueba desmoronó toda la tesis de la investigación. A eso hay que sumar que el retrato hablado no tenía similitud, que Zarricueta es a lo menos 15 centímetros más bajo que el victimario, que la bocina del colectivo de su padre no está mala, sino que modificada y que emite un ruido diferente”, recalca el abogado José Riquelme.

Zarricueta, ahora sin trabajo, reflexiona sobre lo que le tocó vivir. “Lo peor es ver que algunos todavía dudan de mi inocencia. Me miran con cara de algo tuvo que hacer este compadre. Sólo mi familia y la gente que me conoce de toda la vida creen en mí. Es duro luchar contra eso. Me duelen los ochenta días en la cárcel, pero lo que más me amarga es saber que el culpable anda tranquilamente por la calle”.

Recuadro: El sitio donde los
inocentes pueden limpiar sus nombres

“Es lamentable que gran parte de estos acusados que pasaron por la cárcel y no tenían nada que ver, sean personas de pocos recursos y con escasas expectativas de poder defenderse. Pero lo peor es la falta de rigurosidad en las investigaciones, que muchas veces pasan la aplanadora y terminamos como en el caso de Adrián Zarricueta, perdiendo tiempo para buscar a los verdaderos culpables” reflexiona el abogado defensor José Riquelme.

Los casos suman decenas en los archivos de la Defensoría Penal Pública, que creó el sitio www.proyectoinocentes.cl para los descargos de estas personas. “Me voy defraudado del sistema porque los errores fueron muchos”, dice en esa página Enzo Fernández, acusado de robo por su foto de Facebook. “Hay una necesidad de limpiar el nombre, por eso doy la cara” suma Adrián Zarricueta.

Por Jorge Cárdenas,
Las Últimas Noticias.

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