Sala de Prensa

27/12/2016

En la cárcel de Rancagua

Emotiva presentación de la primera orquesta penitenciaria de Chile

A sólo dos meses de iniciar sus clases formales, 24 internos interpretaron piezas clásicas con violines, violas, contrabajos y violoncelos.

Por Andrea Contreras Márquez,
Defensoría regional de O’Higgins.

Los nervios y la ansiedad colmaban los pasillos del galpón 5 de la cárcel de Rancagua. Mientras los músicos debutantes afinaban sus violas, violines, violoncelos y contrabajos, sus familiares esperaban expectantes la presentación de los 24 internos que desde agosto pasado participan con ganas en la primera orquesta penitenciaria de Chile.

La iniciativa, que surgió desde la Defensoría Regional de O’Higgins y Gendarmería, contó con el financiamiento del 2 por ciento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) de Cultura del Gobierno Regional y la Fundación de Orquestas Juveniles e infantiles de Chile (FOJI), institución que junto con entregar los 24 instrumentos que componen esta agrupación musical, ha fijado en la Sexta Región este piloto, que podría replicarse en otras unidades penales de Chile.

Para Jesús Muñoz, intérprete de violoncelo, “esta ha sido una instancia inspiradora y he visto cómo, en mí y en mis compañeros, la música y la ejecución de un instrumento nos ha ido transformando. Gracias a Gendarmería y a la confianza que ha depositado en nosotros, hoy tenemos la posibilidad de llevarnos nuestro instrumento a la celda y eso nos permite ocupar nuestro tiempo en mejorar las técnicas y sacar las melodías que quedan de tarea y no tener tanto espacio para el ocio y la ansiedad”.

POSITIVOS EFECTOS
Efectivamente, el primer argumento presentado ante las autoridades para la formación de esta orquesta es que según la experiencia internacional -en especial la venezolana-, la creación y participación en este tipo de grupos musicales entrega a los participantes la posibilidad de mejorar su tolerancia, el manejo de impulsos, la resiliencia, la disciplina, la responsabilidad y contribuye a su resocialización y reinserción social.

“Cuando recibimos a estos jóvenes, muchos jamás habían tocado un instrumento. Sin embargo, el compromiso ha sido tan fuerte, que hoy ya son capaces de interpretar melodías, leer pentagramas, sacar las escalas en sus violines, violas, celos y contrabajos. Ellos hacen un esfuerzo maravilloso y transformador”, explicó Felipe Moya,  monitor de la Corporación Cultual Nuevo Mundo, entidad que se ha hecho cargo de la dirección musical del proyecto.

La iniciativa dio sus primeros pasos en agosto de este año, cuando comenzó la etapa de sensibilización musical y la selección de los músicos. Posteriormente, en septiembre, se iniciaron las clases formales de ejecución instrumental, en las que por espacio de tres horas a la semana distintos profesores enseñan a los internos técnica y lenguaje musical, lo que se complementa con las horas de práctica grupal e individual en los módulos.

Así, y pese a los escasos dos meses de clases, los internos fueron capaces de montar una muestra del trabajo realizado junto a sus maestros y  romper con el pánico escénico y sus frustraciones.

“Yo jamás había tocado nada, menos me había presentado ante un público, pero fui capaz de aprender y enfrentar a una audiencia que aplaudió mi trabajo. No me queda más que agradecer la oportunidad y seguir disfrutando de mi violín”, señaló Roberto Riveros.

GRAN DESAFÍO
Para Gendarmería éste ha sido un tremendo desafío, “no sólo por las demandas y complejidades propias de tener una orquesta en una cárcel, sino por la responsabilidad de ser los pioneros en un proyecto de estas características. No obstante, se ha aprendido en el camino y se espera que las experiencias vividas sean lo que podamos enseñar después a las futuras orquesta de otros penales del país”, explicpó el coronel Leonardo Barrientos, director regional de la institución.

Para el Defensor Regional, Alberto Ortega, en tanto, “esta orquesta ha sido una enseñanza para todos y un re descubrir cómo la música puede cambiar las conductas y las actitudes, pues es notorio ver la evolución de estos jóvenes, desde el modo de expresarse hasta la mejor respuesta frente a la autoridad, la frustración y la disciplina”.

En esta primera etapa, se pretende consolidar la orquesta de cuerdas para agregar, en un futuro próximo, otras familias de instrumentos y nuevos músicos a esta iniciativa.

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