30/01/2018
Pasó cuatro meses en prisión
ADN negativo confirmó inocencia de cuidador de autos
- Defensor público Nelson Salas alegó inocencia de la primera audiencia y se opuso a privación de libertad hasta de su defendido hasta que se conocieran informe de ADN.
Por José Ignacio Aguirre,.
Defensoría Regional Metropolitana Norte
La angustia del rostro de Eduardo Molina (30) en las dos audiencias anteriores desapareció tras conversar con el defensor público Nelson Salas, y dio paso a un semblante sonriente y animoso. El abogado había insistido reiteradamente a la Fiscalía por los resultados del examen de ADN encontrados en una joven de 18 años que denunció haber sido violada por un intruso en su casa de Ñuñoa. El resultado se convirtió para Eduardo, un modesto acomodador de autos en la mejor noticia de su vida: el examen fue negativo y lo excluyó de ser considerado el atacante.
El defensor Nelson Salas afirmó que creyó de inmediato en la inocencia de su defendido. “Lo vi tan angustiado, tan desesperado por el delito que se le estaba imputando, y tan dispuesto a que se le hicieran todos los exámenes biológicos que se requirieran, que desde la primera audiencia alegué su total inocencia”, enfatizó.
El defensor explicó que Molina se vio involucrado por una serie de equívocos que le significaron cuatro meses de privación de libertad y una serie de amenazas y agresiones por parte de otros internos del penal.
Reconocimiento fotográfico versus restos orgánicos
De acuerdo al relato de la víctima C.C. en septiembre de 2016 ella se encontraba sola en su casa de Ñuñoa cuando en horas de la mañana despertó por el ataque de un hombre que la agredió sexualmente.
Hecha la denuncia, según el relato de la fiscal Mitzi Hernández, la madre de la víctima le hizo llegar a la policía el rumor de fuente no precisada de que un cuidador de autos de un sector cercano a la vivienda de la víctima habría sido el autor del delito.
En la audiencia de formalización realizada el 17 de septiembre de 2017 el defensor cuestionó el informe policial en que se consignó que entrevistaron en terreno a un acomodador de autos apodado “El Manjar”, que se negó a dar su nombre y domicilio. No obstante en el interrogatorio éste entregó el nombre de Eduardo Molina, indicando que “andaba arrancado”. El abogado defensor solicitó que se requiriera al testigo para despejar el “rumor”, pero la fiscalía señaló que “El Manjar” ya no se encontraba ubicable.
El defensor cuestionó también el procedimiento por el cual la víctima realizó un reconocimiento fotográfico del imputado, quien en mayo de 2017, dijo haber visto y reconocido a su agresor, desde un microbús.
Pese a lo anterior, la fiscalía solicitó la prisión preventiva del imputado, pues en el lugar fueron encontrados restos de semen del agresor, los cuales debieron ser periciados y contratados con el ADN de Molina por Servicio Médico Legal (SML). Así las cosas el supuesto agresor, quedó sometido cuatro meses en prisión preventiva en Santiago I a la espera del resultado del examen.
Comunicación retrasada de informe exculpatorio
Desde su detención la mañana del 17 de septiembre y su internación al penal Santiago I Eduardo Molina comenzó a vivir un verdadero calvario. Denunció que -por la naturaleza del delito – fue golpeado y amenazado varias veces por otros internos. Por esta razón días después su defensor presentó una cautela de garantía para que Gendarmería tomara medidas para resguardar su seguridad, la cual fue acogida.
Desde la detención de su defendido Nelson Salas dice haber consultado una decena de veces a la fiscalía para saber si estaba el resultado del informe de ADN y siempre recibió negativas.
El 23 de enero el asistente del fiscal Felipe Cembrano lo llamó para informarle que el SML emitió su informe y que éste confirmó la inocencia del imputado al dar resultado negativo. El defensor pidió una audiencia de emergencia para solicitar su sobreseimiento definitivo que se fijó para el 25 de enero.
Sin embargo, al recibir la notificación del peritaje, el registro daba cuenta que el SML emitió su informe el 5 de enero, y se lo comunicaron a la fiscalía vía correo el 8 de enero. El defensor lamentó que no se le haya comunicado antes el trascendental peritaje ya que habría permitido que Eduardo Molina saliera en libertad más de 2 semanas antes.
En la audiencia del 25 de enero el defensor pidió la revocación de la prisión preventiva y el sobreseimiento definitivo de su defendido. El magistrado Daniel Aravena acogió la libertad del imputado, sin oposición de la fiscalía, pero fijo una nueva audiencia de sobreseimiento para el 20 de marzo, ya que ni el querellante ni la víctima había sido notificado.
Eduardo Molina, que salió esa misma noche de Santiago, agradeció la labor de la Defensoría y en particular de su defensor Nelson Salas.
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