Sala de Prensa

15/12/2011

Cómo estamos en casa...

La siguiente columna de opinión, escrita por el Defensor Regional de Aysén, fue publicada el pasado martes en el Diario de Aysén.

Al tanto de las informaciones a nivel nacional, nos encontramos con un estudio de Carabineros en el programa 24 Horas, donde se informa que en el país ha aumentado en un 422 por ciento la participación de las mujeres menores de edad en los delitos de hurto en los últimos cuatro años. Esto, principalmente en 17 comunas del país.

En torno a este tema, es necesario preguntarnos cómo estamos por casa, determinar la incidencia de las adolescentes en el universo de infractores en nuestra comuna y región, para ver si lo que se indica a nivel nacional tiene un correlato parecido entre nosotros.

Un primer dato nos indica que los adolescentes -hombres y mujeres- representan aproximadamente el 13  por ciento del total de los imputados judicializados en la Región de Aysén (en cifras redondas, unas 3 mil personas al año).

Hecho este primer aporte, podemos sostener sin temor a equivocarnos que las adolescentes no representan más allá del uno por ciento de ese total (no más de treinta casos año), es decir una participación muy marginal y alejada de los aumentos significativos que se expresan en las noticias llegadas desde la capital.

Cabe destacar que en general, en la Región de Aysén, históricamente el número de mujeres imputadas y condenadas a penas de prisión efectiva es bajo, si lo comparamos con la estadística de hombres en esta misma condición.

A igual conclusión se arriba en materia de adolescentes, pues mujeres menores de edad sancionadas a penas efectivas no contabilizamos. Si bien existen las adolescentes imputadas, en ellas prevalecen los delitos de baja connotación, como hurtos de especies de poco valor y lesiones por riñas.

Actualmente, la Defensoría Regional no cuenta con un servicio de defensa penal juvenil especializado, debido al bajo ingreso de causas que tenemos, pero como contrapartida, nuestros defensores se han capacitado a través de cursos y talleres especializados, de manera de poder asistir a los adolescentes con altos estándares de calidad.

En situaciones de privación de libertad, la Defensoría por mandato institucional debe visitar a lo menos cada 15 días a toda persona privada de libertad, escuchar sus demandas, preparar la teoría del caso y especialmente preocuparse del respeto de sus derechos en el centro de privación de libertad, máxime si se trata de adolescentes, sean hombres o mujeres.

Como puede observarse, en Coyhaique y en la región de Aysén las adolescentes no participan en delitos de mayor connotación social, ni lo hacen en delitos graves. En general se trata de una participación marginal en el campo penal.

Incluso podemos sostener que en muchos casos las conductas que terminan siendo infraccionales pudieron resolverse antes de llegar a la sede penal, con una buena mediación, si se trata de un problema de liceo.

También es posible mediar en los problemas de vecindad y en el caso de los pequeños hurtos, éstos -como sabemos- tienen principalmente su origen en temas de precariedad económica, también abordables desde una perspectiva distinta a la penal.

Por tanto, sin temor a equivocarnos, podemos decir que andamos bien por casa.

Por Juan Carlos Rebolledo Pereira, Defensor Regional de Aysén.

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